Guerra Mundial Z
Título original: World War Z: An Oral History of the Zombie War, 2006
Autor: Max Brooks
Edita: Almuzara, Córdoba (España), 2008
A veces las soluciones más sencillas son aquellas que nadie termina de ver, el giro de un foco que hace que un lugar común se convierte en una nueva idea maravillosa. No hay mejor ejemplo que esta novela, donde –sin salirse de los cánones implantados en la película Night of the Living Dead (George Romero, 1968)– esquiva magistralmente el gran dilema narrativo que tenía atrapado al subgénero en estas cuatro décadas con un mero cambio de perspectiva.
Expliquémonos: el gran problema de los zombies es que básicamente son básicamente hormigas carnívoras humanas, que son peligrosas si te agarran de a muchas o en un lugar cerrado. En todo este tiempo la típica historia del subgénero zombie/muerto viviente era un grupo de personas rodeadas de hordas hambrientas que, sin ningún tipo de ayuda, tenían que esquivarlos o sucumbir. Y los zombies no generan planes maquiavelicos y manipulaciones entre bambalinas (como los vampiros), no tienen lucha entre su parte humana y su parte monstruosa (como los hombres lobo o los vampiros), no tienen comentarios filosóficos sobre la Humanidad (como el tipico monstruo de Frankenstein/robot asesino): ellos a lo suyo, que es comer y seguir comiendo. Cuanod multiplicas este único argumento por 40 años… bueno la repetición se hace obvia (y ahí tienen a The Walking dead, que exprime la idea hasta agotarla , si eso era todavía posible)
Justamente el gran truco de esta novela es cambiar el punto de vista. En vez de quedarse con el relato micro (sobrevivientes vs zombies), decide ir a un paso más allá y enfocarse desde una perspectiva global. No ver lo que hace el hombre de la calle (que , ya sabemos, en el 90% de las veces se convierte en alimentación y/u otro zombie mas), sino contarnos los planes mas generales, las decisiones cruciales que explican cómo ese holocausto zombie. O sea, lo que en las películas de Romero y demás son el trasfondo, aquí son el eje central. Y además contado como un registro periodístico (la película hubiera sido más fiel a la novela contada como un falso documental, pero claor anda a explicarle eso a Brad Pitt), que trae sorpresas intersantes.
Y ahí es donde Brooks brilla: su habilidad para concebir resultados globales basado en el comportamiento histórico de las naciones es fantástica. Sí, es completamente creíble que China ocultara hasta que ya fuera demasiado tarde los comienzos de la infección, que los Estados Unidos arrullara mediáticamente a sus ciudadanos, que Rusia recupere sangrientamente su territorio y caiga en una nueva autocracia, que Fidel haga lo que hace en Cuba (en unos de los momentos mas fantabulosos de la geopolítica-ficción que leí en años), que la solución al problema la den los sudafricanos, que Israel sea el primer país que se pone en guardia, etc. Se nota en todo momento que Brooks ha pensado el mapa global con un cuidado y obsesión casi nerd, una suerte de Tolkien post apocalíptico que tenía clarísimo el universo donde se desarrollaban las historias mucho antes de ponerse a escribir la primer palabra de esta novela.
Y lo mejor es que el cambio de foco resulta absolutamente creíble. La pregunta de por qué no se le había ocurrido a nadie antes esto sale natural. ¿La respuesta? Porque no, porque se le ocurrió a Brooks primero. Y con eso escribió un libro absolutamente brillante, que complemente y amplia lo planteado por la mitología romeriana sin salirse de ella. Lo que no es fácil.
2 comentarios
roberto -
Carlos Fan -